Dos jóvenes ricos están dando un paseo en su lujoso Rolls Royce. Entre ellos hay un lindo parpadeo con la boca abierta y la lengua sobresaliendo. Le encantan las pollas e incluso más los chicos ricos. Chupa, lame, se come sus pollas erguidas y el chófer de delante no puede evitar ver la acción a través del espejo. Cuando el coche se avería y aparece un mecánico, el culo del parpadeante se acostumbra una y otra vez...