Poderosos símbolos visuales, buena interpretación y caracterización, realismo, ironía. Parece una crítica para Cannes o Sundance, pero en realidad es una crítica para Inches de Steve Scott, aunque también hay que añadir todo el buen sexo que hay en esta película clásica del porno gay vintage. Casi todos los hombres son barbudos, con cuerpos atléticos medios. El sexo va de lo sórdido a lo romántico, con dos grandes escenas de sexo anónimo. Si te gustan las películas con un argumento sólido y un gran sexo, esta es una apuesta segura.
La secuencia inicial comienza con una respiración agitada, inquietante pero sexy. Al Parker está en una secuencia onírica buscando a alguien, pero le despierta la alarma. Está en la cama con su amante, Steve Taylor, e inicia los preliminares, pero sus avances son resistidos. Hay tensión entre los amantes, y el diálogo es sutil y realista al mostrar que se están separando. Y la escena en la que Taylor se va a la ducha para masturbarse a solas mientras Parker se masturba en la cama es conmovedora, ya que los dos hombres están tan cerca y a la vez tan distantes. La famosa polla de Parker es carnosa y sus pelotas enormes, y te sientes como si estuvieras viendo a un hombre de verdad masturbarse por su propio placer y necesidad, no para la cámara y un cheque de pago. Los dos hombres se juntan, pero a solas, cada uno en su habitación.
En la siguiente escena, Bob Blount se le insinúa a Al Parker, pero es reprendido porque Parker ya tiene una relación, aunque se esté desmoronando. Parker vuelve a casa y de nuevo intenta iniciar relaciones sexuales con Taylor. Taylor cede. La escena es absolutamente fascinante y única en el porno porque muestra el sexo funcional, el que la mayoría de los hombres tienen con sus esposas y amantes la mayor parte del tiempo en la posición del misionero. Cómo practica sexo la gente de verdad. El sonido de Al Parker ndo el culo de su amante mientras follan es altamente erótico y te sientes como un auténtico voyeur viéndoles y oyéndoles.
La siguiente escena es una salvaje secuencia onírica, famosa por sus imágenes visuales. Steve Taylor rompe con Al Parker, y Parker tiene un descanso en el que Taylor se acuesta con tres hombres, todos ellos con espeluznantes máscaras blancas, símbolo de todo el sexo anónimo que imagina que su ex amante tuvo durante su relación. Taylor se la chupa a los hombres con un entusiasmo desenfrenado y codicioso, pasando de una polla a otra. Garganta profundamente las pollas, hundiendo la nariz en el denso vello púbico. Con desenfreno, cabalga una de las grandes pollas y luego la toma de espaldas, con sus fuertes y peludas piernas abiertas en el aire. Es espeluznante, sexy y provocador al mismo tiempo, una de las mejores secuencias oníricas jamás realizadas en el porno.
Abatido por la ruptura, pero tan cachondo como siempre, Al Parker recoge a Buck Stevens en una escena al aire libre en un coche. De nuevo, la sensación es muy auténtica y realista, tanto por el tono bajo de la conversación como por el hecho de que nunca se quitan la ropa: las mamadas se hacen con las pollas duras sacadas de la pernera de los pantalones cortos, que es lo que suelen hacer los tíos de verdad cuando se conectan para una mamada anónima de un desconocido en un tramo aislado de la carretera. La corrida de Parker es realmente impresionante. Esparce su esperma por toda la cara de Stevens, en una larga y pausada toma que muestra el semen goteando de su espeso pelo, sus cejas y su bigote.
En una exposición de fotografías de pollas llamada "Inches" (de ahí el título de la película) Bob Blount le da a Al Parker una conferencia sobre los placeres del sexo anónimo, pero Parker afirma que está más interesado en una relación. Sin embargo, intrigado por las palabras de Blount, explora un bar donde hay una trastienda en la que se practica sexo anónimo por todas partes. Esta escena capta muy bien el ambiente de los años 70, con los éxitos de la música disco "Sunset People" y "Hot Stuff" sonando de fondo. Hay chupadas de polla anónimas y un chico joven monta la polla de un hombre. El realismo queda plasmado en los pequeños detalles de la escena, como los vaqueros enredados en los tobillos y la mancha de sudor de la axila del chico que se está follando, que hacen que parezca un cuarto trasero de verdad. Al Parker se encuentra con Bob Blount y éste le invita a casa.
Como toque final de ironía, después de las peroratas de Blount sobre los placeres del sexo anónimo, esta pareja resulta ser la más romántica de todas las escenas, con un revolcón en la nieve desnudos y sexo frente a una chimenea. Hay una larga y pausada sesión de beso negro, con la barba de Parker hundida en el peludo agujero de Bob. Luego, en una escena caliente de chupadas de polla, Bob se la chupa a Al, con su cara de hombre guapo y su barba llena de babas sobre la gruesa y carnosa polla de Parker, acariciando la cabeza morada como una ciruela con la lengua. Terminan con una buena follada, las piernas de Bob en el aire, el realismo capturado en los gemidos sensuales y el sudor que gotea de sus caras. Bob se corre sobre su velludo vientre y pecho, y la película termina con un romántico abrazo.
En general, Inches explora un tema central en la cultura gay, el conflicto entre la necesidad de relaciones comprometidas y la facilidad y el placer de los encuentros anónimos, pero no saca conclusiones. No conocemos el desenlace de Parker y Blount. ¿Fue una aventura de una noche o amor verdadero? ¿Y cuál es el abanico de modelos de relación entre medias? En cualquier caso, Inches demuestra que se puede mezclar sustancia con sexo caliente y conseguir un excelente porno clásico.